Andrés de Prado

De regreso al dibujo puro

Pintor autodidacta y forjado en muchos certámenes al aire libre, hoy vuelve al lápiz mientras espera el momento de regresar a Guinea Ecuatorial

Residente en Tafalla, donde trabaja actualmente en una empresa de aguas, Andrés de Prado de la Fuente (Bata-Guinea Ecuatorial, 1966) lleva dibujando y pintando desde que tiene “uso de razón”. Nació en Bata por razones laborales de su padre pero con poca edad regresó a Bizkaia, por eso no tiene recuerdo alguno de aquello. Aunque le hubiera gustado estudiar Bellas Artes, no le convenció cuando se acercó a conocer la universidad con 16 años. Así que decidió formarse y seguir por su cuenta. A esa edad entró a dar clases con el pintor Richard, muy conocido en su ciudad. Mientras tanto, estudió Artes Gráficas y entró a trabajar con una empresa de esta rama. Luego le dio un tiempo por la cerámica. Para entonces ya estaba emparejado y tenía un hijo.

Hacia 1984 empezó a desplazarse por toda España para participar en certámenes de pintura al aire libre. De hecho, tan solo un año después ganó el primer premio en un concurso en Leioa. Después la lista de premios y reconocimientos crece hasta ocupar varias cuartillas, dado los muchos concursos en los que participó. Andrés se lo tomaba como “un reto”. Y tanto, dado que elaborar un cuadro entero en un tiempo corto y programado no parece nada fácil. Pero él le quita importancia. “Te acostumbras, vas viendo a unos y otros y aprendiendo y desarrollas tu propio método”. También seguía pintando -al óleo sobre todo- al margen de los concursos. Mientras, trabajaba en cualquier tipo de puestos, lo que les trajo a Navarra, primero a Garínoain, luego a Pueyo, se separó, luego a Beire, Carrascal.. y, finalmente Tafalla.

En su periplo por los concursos conoció a una marchante de arte a la que le gustaron sus cuadros y que se ofreció a representarlo. Durante unos cinco años así lo hicieron y ella se encargó de que pudiera exponer en galerías importantes, por ejemplo la Galería Erreka 2000 de Bilbao, por citar alguna. Sobre si vendía cuadros en todas estas actividades, admite que sí y que incluso hubo algún tiempo en el que los resultados fueron buenos, pero “nunca llega como para vivir”, indica. También ha ilustrado varios libros de su amigo poeta Javier Arnaiz, de Bilbao. Además, fue incluido en el libro ‘Arte Vasco Artistas Vascos’, Editorial Bilboarte 1998.

Viaje a Guinea

Hace seis años, ya cansado de los concursos, empezó a darle vueltas al tema de volver a Bata para conocer el lugar donde había nacido. Pero al principio no encontraba el momento; hasta que un día conoció a un compañero de trabajo que acogía niños de Guinea Ecuatorial y pertenecía a una ONG navarra llamada SONAGE -Solidaridad Navarra con Guinea Ecuatorial-. Él se quedó encantado y pidió que le avisase si viajaban hacia allí. Un tiempo después, aquel colega le llamó y le explicó que tenían un proyecto para instalar baños y duchas en una zona rural de Guinea. No lo dudó y se cogió todas las vacaciones, un mes. Era el verano de 2019...

Hoy tiene de allí de entre “los mejores recuerdos” de su vida. Pasó un mes trabajando de fontanero sin parar y con muchísimo calor, y fue testigo de la vida sencilla y muy limitada de sus gentes que, sin embargo, le acogieron con cariño y amabilidad. Recuerda especialmente la alegría de los niños cuando terminaron las obras y pudieron ducharse. ¡Qué algarabía se formó! ¡Cómo los abrazaban y les daban las gracias…! Le gustó mucho también la labor de SONAGE y se hizo socio. Hoy está esperando a tener la oportunidad de nuevo para viajar a Guinea pero antes quiere llevar a cabo aquí una exposición solidaria. Para ello, ya ha empezado a elaborar los primeros cuadros, basándose en fotografías que tomó, ya que la cámara es otra de sus aficiones, y también según su memoria e imaginación.

Sobre su quehacer artístico, explica que le gusta cambiar, experimentar, salir de la rutina y arriesgar. Ahora le ha dado por volver “al dibujo puro” y pinta a lápiz. Además, le gustan mucho las técnicas antiguas -como la encaústica, por citar una- y elaborar él mismo pinturas y barnices…

Como tenía ganas de entrar en contacto con otros artistas, se ha unido a arteNA, donde espera coincidir con otras personas con sus mismas o similares inquietudes. También espera que en un futuro pueda organizar esa exposición solidaria que le permita llevar un dinero a Guinea para seguir mejorando la vida de los niños. Porque, aunque se dice “escéptico” sobre el impacto de todo ello -cree que es escaso-, tampoco puede dejar de hacerlo. Algo le ha unido con un hilo fuerte a Guinea.

Texto y foto: María Jesús Castillejo.

Lamiako maskarada. Óleo sobre lienzo. 162x130 cm.

Obras de Andrés

Frutas. Óleo sobre yute. 46x38 cm.

La ría en Portu. Óleo sobre lienzo. 92x73 cm.

Zanpantzar. Encáustica sobre madera. 81x24cm.

Poco rock & roll. Mixta sobre madera. 70 x 70