Miren Atxaga
Con la cámara de fotos y el pincel


Absorbida en los últimos años de nuevo por la pintura, no ha dejado de lado su otro amor, la fotografía, e incluso se atreve a mezclar ambas en una misma obra. Miren Atxaga Arnedo nació en Pamplona-Iruña en 1956, aunque después vivió más de 40 años en Tolosa. Fue presidenta de la Asociación Fotográfica de Tolosaldea Targazki y es miembro de la AIMA (Asociación Internacional de Mujeres Artistas)-EmPoderArte. Profesora de Euskaltegi, actualmente está jubilada. Desde hace poco tiempo vecina del Casco Viejo, Miren lo mismo pinta paisajes que escenas urbanas, decantándose especialmente por las segundas, ya que reconoce que le gustan más.
Se recuerda a sí misma como una niña dócil y aplicada, a la que le encantaba pintar y dibujar. Pero claro, en aquellos tiempos lo de ser artista no estaba bien visto, o como mucho, “era cosas de hombres”. Sí le tocó trabajar -en una imprenta y otras tareas diversas...-. Cuando pudo se apuntó a la Escuela de Artes y Oficios -hoy llamada Catalina Oscáriz- y después a la Escuela de Artes -antecedente de la actual- en la que existía -hoy ya no- la especialidad de Cerámica.
Tras graduarse, se metió en una aventura que duraría cuatro años y en la que además era la única mujer: el laboratorio-taller experimental de cerámica Su Ahuntza, en Intza. “Aquello fue muy duro”, cuenta. “Pasamos un hambre…”, ríe. Al final la realidad se impuso y se presentó a oposiciones, sacando plaza de profesora de Euskaltegi… en Tolosa. Allí se convirtió también en madre y entre el niño y el trabajo, cuyos horarios eran “incompatibles con cualquier otra cosa”, tuvo que dejar de lado un tiempo sus inquietudes artísticas.
Al otro lado de la cámara
Sin embargo, en los años 90 le salió la opción de estudiar en la KASK (Real Academia de Bellas Artes de Gante, Flandes). Y ni corta ni perezosa se cogió una excedencia de dos años y se fue para Bélgica. Allí estudió Grabado… y Fotografía. “Me apasionó la fotografía”, afirma. De hecho, el “idilio” detrás de la cámara dura hasta hoy. Empezó con la fotografía analógica -se compró una buena aunque pesada cámara, se montó un cuarto oscuro...- y vivió el inevitable paso a la fotografía digital. Aprendió mucho con Iñigo Royo, fotógrafo vasco de prestigio.
Más adelante y con el hijo ya crecido, Miren Atxaga volvió a retomar la pintura, primero el óleo y después la acuarela. De hecho, estudió, entre otros, con la acuarelista Idoia Lasagabaster. También cofundó Targazki con otros fotógrafos de la zona de Tolosa y luego se unió a la AIMA, atraída por ser toda la asociación de mujeres y por sus temáticas feministas. “Me interesó sobre todo que se buscaba visibilizar a las mujeres en el mundo de arte”, explica. “Organizamos muchas exposiciones: sobre bebés robados, vientres de alquiler, abusos en la infancia, mujeres en pandemia…”. Destaca la exposición ‘Sorginak/Brujas’, de la que fue comisaria en Tolosa. En la actualidad contribuye con una obra en la exposición titulada ‘La mirada implicada’, que está ubicada en la Galería Ra Del Rey de Madríd.
No ha dudado en unirse a arteNA, sabedora como es de que la unión hace la fuerza y de que es importante darse “apoyo mutuo”. Mientras, continúa recibiendo clases de pintura -”nunca se deja de aprender”- y dice sentirse “muy a gusto” en Pamplona. Recientemente sufrió un problema grave de salud y afirma haberse sentido magníficamente tratada por los especialistas del Servicio Navarro de Salud- Osansubidea. “Hay que cuidar lo público”, concluye, “es fundamental”.
Entrevista y texto Mª Jesús Castillejo.


Serie DESPROTEGIDAS, de la exposición DE QUIÉN ES EL SILENCIO? Óleo.
BABESGABEAK saila. NORENA DA ISILTASUNA? erakusketatik. Olioa.


AUTORRETRATO, exibida en Donostia Capital Cultural. Fotografía digital / AUTORRETRATOA, Donostia Hiriburu Kulturala jardunaldietan erakutsita. Argazki digitala.


(SIN TÍTULO) tríptico de mosaicos. Acuarela.
(IZENBURURIK GABE) Mosaiko-triptikoa. Akuarela.


XEGUN, de la exposición ARI GAITUN. Fotografía digital. /
XEGUN, ARI GAITUN erakusketatik. . Argazki digitala.

